1. ¿NADA DE GLUTEN?
Esta sustancia formada por proteínas se encuentra en el trigo, la cebada, el centeno, la espelta y la avena. El gluten es lo que hace que el pan obtenga volumen y consistencia esponjosa; sin embargo, desde hace algunos años se ha convertido en el “malo de la película”. Se dice que puede causar síndrome del intestino irritable, fatiga, ansiedad… “Algunas personas presentan indigestión debido a que su cuerpo no dispone de las enzimas para digerirlo. En casos extremos, se producen problemas como la enfermedad celíaca (intolerancia al gluten). También hay pacientes sensibles y otros alérgicos que desarrollan alergia respiratoria, alimentaria o de contacto”, dice la doctora Martha Pons, gastroenteróloga.
¿Qué ocurre? Los síntomas pueden ser leves o severos y varían entre: distensión abdominal, diarrea crónica o estreñimiento, vómitos, anemia, debilidad, erupciones cutáneas, asma, tos, laringitis, urticaria, dermatitis atópica, rinitis o conjuntivitis.
La solución: “Hoy en día, no comer gluten se está convirtiendo en una moda y en la mayoría de los casos las personas no necesitan dejar de consumirlo”, dice la experta. Así que antes de retirarlo de tu dieta, lo mejor es acudir al médico.
2. MANCHAS EN LA PIEL
Se le denomina eccema a las afecciones de la dermis que hacen que la piel se irrite, enrojezca, dé comezón y, en ocasiones, hasta surjan pequeñas ampollas que supuran. “Es bastante común que aparezca en los pliegues de los codos, de las rodillas, los tobillos, las muñecas, el cuello y la parte superior del pecho, aunque ocurre en cualquier parte del cuerpo. Algunos de estos pacientes también padecen rinitis alérgica u otras alergias que pueden desencadenar o empeorar el eccema”, explica el dermatólogo Alejandro López.
¿Qué ocurre? Los síntomas, aunque varían, suelen ser: calentamiento del área, picor, enrojecimiento, inflamación, ardor, textura rugosa y descamación.
La solución: Acude al dermatólogo, quien te hará exámenes médicos para determinar si tu eccema ha sido provocado por una alergia, contacto con una sustancia irritante, algún medicamento o alimento. El estrés y la ansiedad también pueden provocar o agravar esta afección, así que intenta estar siempre relajada.
3. ¿OJOS ROJOS QUE PICAN?
La conjuntivitis es una de las afecciones más frecuentes. “Se trata de una inflamación de la conjuntiva; es decir, el tejido fino que cubre el interior de los párpados y la parte blanca del globo ocular. Al inflamarse, los vasos sanguíneos provocan que el ojo se vea rojizo. Puede surgir por bacterias, virus, sustancias irritantes (como el cloro de una alberca o la contaminación) y alérgenos, entre ellos el pelo de los animales, el polvo o, incluso, un cosmético”, indica la oftalmóloga Irma Araceli Flores.
¿Qué ocurre? Los síntomas varían dependiendo de la causa de la conjuntivitis, pero suelen ser: enrojecimiento e inflamación, lagrimeo, secreción blanca, amarillenta o verdosa, picazón y ardor, lagañas, sensibilidad a la luz o sensación de tener arena en el ojo.
La solución: El tratamiento dependerá de la causa, pero suele ser a través de gotas o pomadas para los ojos que debe recetar el oftalmólogo. De acuerdo con la especialista, la conjuntivitis viral y bacteriana puede contagiarse, por lo que es importante lavarse las manos con frecuencia, no tocarse los ojos ni compartir cosméticos. Para tratar la conjuntivitis alérgica, hay que evitar el contacto con los alérgenos.
4. ¿COMER O NO COMER?
Muchas personas sufren de alergias al consumir un alimento en particular, pero no es lo mismo que tener intolerancia a alguna comida, ya que en esos casos, en lugar de una reacción alérgica, se presenta una indigestión. Los alimentos que con frecuencia producen alergia son nueces y cacahuates, leche, pescados y mariscos, huevos, chocolate, soya y aditivos o frutas que contienen sustancias similares a algunos pólenes, como la piña o el melón.
¿Qué ocurre? “Los síntomas de una alergia alimentaria, ge- neralmente aparecen a las dos horas posteriores a la ingesta y pueden presentarse como: urticaria, hinchazón del área de la garganta, labios, párpados, lengua y cuerdas bucales. También llega a producirse dolor estomacal, comezón en la piel, diarrea, dificultad para tragar o respirar, y congestión nasal”, asegura el alergólogo Daniel Jornet.
La solución: Hacer pruebas cutáneas o de sangre. Una vez identificado el agente que causa malestar, evita consumir los alimentos que lo provocan. Ve al doctor si crees que algo te da alergia o intolerancia. No elimines nada de tu dieta hasta que tengas la certeza.