Los talones agrietados son una de las peores pesadillas y un problema común para las mujeres, especialmente en los meses de invierno. Y si no cuidas bien los pies, pueden provocar grietas indeseables que pueden abrirse y causar malestar y dolor.
Necesitas humectar tus pies y mantenerlos tan suaves al igual que lo harías con tu cara, cuello y manos. Los pies son una de las partes de tu cuerpo que tienen que lidiar con el trabajo más pesado, haciéndolos muy propensos a problemas en la piel.
Sin embargo, la exposición directa a la suciedad y la ausencia de glándulas sebáceas hacen que la piel del pie se seque mucho más que cualquier otra parte del cuerpo. A medida que las temperaturas bajan en invierno, muchas personas se despiertan con los pies agrietados y secos, lo que también puede generar dolor e incomodidad.
Ante esto, a continuación se presentan siete consejos muy sencillos para ayudarte a mantener los pies protegidos de las aflicciones indeseables del invierno y asegurarte de que tus talones sean suaves y sedosos:
Tabla de Contenidos
La hidratación es clave para el cuidado
Una de las principales causas de los talones agrietados es la falta de contenido de humedad adecuado en la piel. La hidratación constante puede evitar que la piel se seque. Un humectante suave puede ayudarte a deshacerte de este problema.
Hidratar las plantas de los pies y los talones dos veces al día evitará que los pies se pongan ásperos y secos.
Haz una terapia de miel y agua
Estos dos ingredientes son de fácil disponibilidad y pueden hacer maravillas. Remoje tus pies en agua tibia mezclada con miel y frota suavemente el área afectada. La miel es un humectante natural y popular, gracias a sus propiedades bactericidas y antisépticas. La miel con agua tibia ayuda a desprender suavemente la piel muerta y repone el contenido de humedad.
También puedes usar el vinagre de manzana, ya que “puede ayudar a deshacerse del olor indeseado en los pies al eliminar las bacterias que causan olores.” (Mira más en Nutrición sin más)
Mantenga el área entre los dedos de los pies seca
Cuando te seques los pies, asegúrate de que el área entre los dedos de los pies esté limpia de humedad y suciedad. La humedad crea un ambiente perfecto para el pie de atleta y otras infecciones fúngicas.
Masajea tus pies con cúrcuma y aceite
Como el área del pie está desprovista de glándulas sebáceas, es importante aplicarla externamente. Masajea tus pies con aceite y la cúrcuma te ayudará a humectar el área agrietada, así como a reducir la hinchazón o el dolor ocasionado por dichas grietas. Los masajes regulares en los talones pueden aumentar la circulación sanguínea y rejuvenecer la piel.
El aceite se ha utilizado en el baño durante siglos con la finalidad de mantener la piel suave y nutrida, mientras que la cúrcuma es conocida por sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
Recuerda usar calcetines de algodón
Caminar descalzo expone a tus pies a infinidad de bacterias y suciedad. Siempre es mejor proteger tus pies de la contaminación y el polvo. Usa calcetines de algodón para ayudar a una buena circulación del aire y para mantener los pies limpios.
Elige un calzado cómodo
Elige tu calzado sabiamente. Los zapatos apretados pueden ocasionar pies más sudorosos, lo que puede desencadenar en infecciones por hongos. Escoge siempre un calzado que le dé a tu pie un poco de espacio para respirar.
Ten presente aplicar una crema para el cuidado de los pies
Las cremas para el cuidado de los pies con ingredientes naturales están disponibles en el mercado hoy en día. Las pomadas con ingredientes como el árbol de sal y el fenogreco pueden ayudar a curar los talones agrietados de forma natural.
Tradicionalmente, el fenogreco se ha utilizado como una excelente crema hidratante y el árbol Sal es conocido por sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias. Lava tus pies con agua tibia y sécalos. Aplica crema para el cuidado de los pies sobre el área afectada dos veces al día, una vez en la mañana después del baño y otra vez a la hora de acostarse.
Simplemente sigue los sencillos consejos sugeridos anteriormente para disfrutar de pies felices listos para el invierno, sin vivir con la preocupación de una piel reseca o de talones agrietados.