Un pequeño estudio descubrió que vivir una semana sólo con luz solar y fogatas hace que el cuerpo se vuelva a sintonizar con la naturaleza.

Incluso las personas nocturnas se vuelven diurnas tras una acampada en el bosque sin fuentes de luz artificial, sin smartphones , computadoras o televisión.

Para el estudio, que aparece en la edición en línea del 1 de agosto de la revista Current Biology, el equipo de Wright reclutó a ocho adultos sanos que siguieron sus rutinas normales durante una semana, y que entonces pasaron otra semana juntos haciendo una acampada. Durante la excursión, las únicas luces permitidas fueron la luz del sol y la luz de las fogatas.

Al final de cada semana, los investigadores tomaron muestras de saliva para medir la melatonina de los participantes. La melatonina es una hormona que se vuelve más activa en la noche, para ayudar a las personas a quedarse dormidas, y que se reduce a primeras horas de la mañana, para que puedan despertarse alertas.

El equipo de Wright halló que típicamente cuando las personas estaban en casa se iban a la cama a medianoche, en promedio, y se levantaban más o menos a las 8 a.m. Sin embargo, durante la acampada, se fueron a la cama y se levantaron antes.

Algo más importante es que la “noche biológica” de los campistas comenzó unas dos horas antes, señaló Wright. Esto significa que sus niveles de melatonina comenzaron a aumentar cerca de la puesta del sol, y se redujeron cerca de la salida del sol, casi una hora antes de despertarse.

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