Las otras chicas juegan un papel más importante en la insatisfacción de las adolescentes con su propio cuerpo que la televisión o los medios sociales, muestra un estudio reciente. Así lo refiere el sitio Medline Plus.
Dicho estudio contó con 237 chicas hispanas, de 10 a 17 años de edad, de Estados Unidos, a las que se planteó una serie de preguntas, entre las que se incluyeron: cómo se sentían con respecto a su cuerpo, si habían padecido síntomas de algún trastorno alimentario, cuál era su satisfacción general con respecto a sus vidas y si se sentían o no inferiores a otras chicas (una medida de competencia entre pares).
También se les preguntó sobre el uso que hacían de los medios sociales y que mencionaran sus tres programas de televisión favoritos y que puntuaran el atractivo de las actrices que aparecían en esos programas.
En general, ni las imágenes de televisión de mujeres delgadas “ideales” ni los medios sociales llevaron a predecir la insatisfacción con el propio cuerpo, pero la competencia entre las chicas sí lo hizo, hallaron los investigadores Christopher Ferguson y colegas de la Universidad Texas A&M.
Los programas de televisión y los medios sociales no llevaron a predecir los síntomas de un trastorno alimentario en las chicas, aunque la competencia con las otras chicas sí sirvió para predecir la aparición de tales síntomas a largo plazo, pero no a corto plazo.
Tanto la competencia entre pares como el uso de los medios sociales sirvieron para predecir un nivel de satisfacción menor con su vida, según el estudio publicado el 24 de enero en la edición en línea de la revista Journal of Youth and Adolescence.
“Nuestros resultados sugieren que solo la competencia entre iguales, y no la televisión ni los medios sociales, sirve para hacer predicciones sobre las consecuencias negativas con respecto a la imagen corporal. Esto sugiere que la competencia entre pares es más importante en relación con los problemas con el propio cuerpo y la alimentación en las adolescentes. No obstante, el uso de los medios sociales puede proporcionar un nuevo escenario para la competición entre pares, incluso si no tiene una influencia negativa directa con respecto a la imagen del cuerpo”, escribieron los autores.