Dra. Linda García Dermatóloga.
La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano. Cubre todos los tejidos y vísceras de sostén (huesos y músculos); además, es nuestra tarjeta de presentación, nos sirve de protección, evita infecciones, controla la temperatura, es el órgano del tacto y secreta grasa y sudor. Lo recomendable para su cuidado diario es un baño breve con agua tibia, no tallarla; usar jabón suave (neutro), crema humectante blanca y sin perfume, filtro solar y evitar el sol (fotoprotección).
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Para cada etapa…
En el caso del bebé y durante el uso del pañal, se sugiere limpiar con algodón húmedo, no usar toallas de limpieza perfumadas, cambiar frecuentemente los pañales, secar perfectamente y aplicar crema de óxido de zinc. En otras circunstancias, se aconseja no usar babero de hule, evitar ropa de lana, lycra y nylon, así como no cubrir en exceso. Para los niños, es importante incrementar la fotoprotección a través de filtros solares y ropa protectora (manga larga, pantalón y gorra).
En la adolescencia, se debe lavar la cara dos veces al día; si hay acné o piel grasa, evitar el uso de cremas y maquillaje. Secar muy bien los pies, los tenis exponerlos al sol después del uso. Nuevamente, la fotoprotección con filtro solar, pero especial para piel grasa. Si hay puntos negros o lesiones de acné, acudir al dermatólogo.
Los adultos no deben olvidar la cultura de la fotoprotección. Además, evitar la automedicación, consultar con el dermatólogo sobre procedimientos cosméticos (peelings, rellenos, tatuajes, depilación, entre otros). Asimismo, los adultos mayores deberán someterse a baños cortos con agua tibia (de ser posible, cada tres días), usar jabón emoliente (con aceite de almendras, glicerina) o ‘syndet’ -sin detergente- (en poca cantidad y sin tallar). Aplicación de crema emoliente con la piel húmeda, ropa de algodón, no automedicarse, no estar en contacto prolongado con calentadores climáticos y fotoprotección.