Quien padece diabetes, paulatinamente ve minadas las facultades de prácticamente todos sus órganos, los cuales pueden acelerar su daño si no se mantiene bajo control la glucosa en sangre.
Los órganos sexuales no están exentos de este tipo de problemas, aunque tanto en hombres como en mujeres existen tratamientos que pueden mejorar la vida sexual.
VARONES AFECTADOS
Particularmente los varones pueden sufrir los efectos de no cuidar su diabetes, pero ¿en dónde se presentan las afectaciones?
“La erección es acto reflejo que no depende de la voluntad de los hombres, pues está comprobado científicamente que puede ocurrir por estímulos eróticos y no sexuales; o bien, los varones pueden sentir mucho deseo sexual y excitación, pero no presentan la respuesta eréctil”, de acuerdo con el doctor Ernesto Vidal Campos, urólogo egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Desde el punto de vista orgánico, la causa más importante de los problemas en la erección es de tipo vascular, seguida de la deficiencia neurogénica (referente a daño en las terminales nerviosas).
“Cualquier trastorno que provoque lesiones en los nervios o que deteriore el flujo de sangre al pene puede causar disfunción, cuya incidencia se incrementa con la edad”, señala el urólogo.
SECUENCIA
Es importante tener presente que la erección requiere de una secuencia precisa de eventos, la cual incluye los impulsos de los nervios en cerebro, columna vertebral y área alrededor del pene, así como respuesta de músculos, tejidos fibrosos, venas y arterias en torno a los cuerpos cavernosos (par de columnas de tejido eréctil situadas en la parte superior del miembro, los cuales se llenan de sangre durante la erección).
Uno de los principales trastornos que pueden dañar dichas estructuras se encuentra en la diabetes mellitus; algunos otros son hipertensión arterial, dislipidemias (anormalidades en la concentración de grasas en sangre), problema del riñón, esclerosis múltiple (lesiona el sistema nervioso central, conformado por cerebro y médula espinal), apnea del sueño y disfunción de las glándulas tiroides (localizada en el cuello) y suprarrenales (sobre los riñones).
EL TABACO
Otro de los enemigos ocultos de la erección es sin duda la adicción al tabaco, “ya que favorece la aparición de trastornos vasculares debido a que estrecha el diámetro de las arterias y daña la capacidad de las válvulas del pene para retener efectivamente la sangre”, explica el doctor Vidal Campos.
El experto agrega que la nicotina permite el incremento de depósitos de grasas y formación de microtrombos (diminutos coágulos sanguíneos) al interior de las arterias y venas del organismo, incluidas las encargadas de transportar la sangre al pene en el momento de la erección.
“Se ha comprobado que el tabaquismo no sólo tiene consecuencias con el paso de los años, sino que además, tras fumar dos cigarros se genera contracción en las arterias pudendas (situadas en la pelvis), lo que dificulta el paso de la sangre a los cuerpos cavernosos del pene”.
En este contexto, también destacan los efectos del alcoholismo, que a largo plazo deteriora el sistema nervioso, llegando a provocar disfunción eréctil permanente.
Por otra parte, en ocasiones el problema tiene su origen en alteraciones psicológicas, pero éstas son las menos (entre 20 y 30 % de los casos). “Estrés, cansancio, estados depresivos, así como conflictos de pareja, familiares y laborales pueden dificultar la erección, incluso en varones jóvenes”, resalta el doctor Vidal Campos.
También causan estragos las situaciones que suelen generar tensión en hombres, como tener preocupación por un buen desempeño íntimo o lograr que la mujer llegue al orgasmo.