Si tu trabajo es de esos en los que no tienes un segundo para respirar y el estrés nunca termina ¡Cuidado! El estrés crónico está directamente relacionado con la obesidad y evidentemente con sus complicaciones.

Esta relación se da por dos vías la primera al someter al cuerpo a estrés crónico se secretan sustancias en el organismo que facilitan la acumulación de grasa y la segunda es que al estar sometido todo el tiempo a este mal se tiende a comer por causas emocionales y no por hambre, así como a reducir hábitos saludables como dormir y hacer ejercicio, mientras se aumentan hábitos poco saludables como fumar y beber.

¿Qué debo hacer para evitar esto? No queremos que renuncies a tu trabajo pero sí que le des prioridad a tu salud.

Descansar: cuidar tus ciclos de sueño y trata de tener temporadas de vacaciones desconectada del trabajo, es básico para una buena salud. En este punto también entra tener un descanso para tus tiempos de comidas.

Optimizar la organización en el trabajo: si tus horas de trabajo se están extendiendo, es señal de que algo no está funcionando. Cambia las estrategias, evita las pérdidas de tiempo, lleva una agenda con las tareas del día, se precavido y evita bomberazos.

Afronta rápido los problemas: evita darles vueltas a los problemas, analízalos, propón alternativas y dales solución, mientras más tiempo los lleves contigo más desgaste producen.

Entrena el control de ansiedad y estrés: el yoga, ejercicios de respiración y relajación te pueden ayudar.