Actualmente, las enfermedades cardiovasculares conforman la principal causa de muerte en las mujeres mayores de 50 años de edad en México y en todo el mundo, superando a todos los tipos de cáncer juntos incluyendo el de mama, endometrio y pulmón y a las enfermedades infecciosas, pulmonares o endocrinas así como a los accidentes. En nuestro país, la expectativa de vida se ha incrementado en forma acelerada en los últimos 60 años.

Aunque la incidencia de enfermedad coronaria aumenta conforme la edad, existe una edad a la que podemos denominar la edad crítica para las mujeres, y es alrededor de los 60 años de edad. A los 50 años sólo una de cada 17 mujeres ha tenido un infarto comparado con uno en cada 5 hombres de la misma edad, sin embargo, después de los 60 años una de cada 3 mujeres y uno de cada 4 hombres sufren un infarto. Cabe señalar que, en promedio, la enfermedad se presenta en las mujeres 8 a 10 años después que en los hombres.

La gran mayoría de las mujeres mexicanas piensan que el principal problema al que le deben temer es el cáncer de mama, sin embargo, las estadísticas nos han enseñado que, si bien una de cada 23 mujeres adultas puede fallecer de este grave problema, una de cada tres mujeres va a morir de un infarto, y lo grave es que la mayoría de las mujeres que están sufriendo un infarto no solicitan ayuda a tiempo, principalmente, porque lo confunden con otras enfermedades como gastritis, neumonía, gripa o bronquitis entre otras. Posiblemente, la prevención de la enfermedad coronaria sea de mayor importancia en las mujeres debido a que, a diferencia de los hombres, las mujeres sufren con mayor frecuencia muerte súbita cardíaca.He aquí la razón de la importancia de conocer los factores de riesgo de infarto en la mujer. El poder prevenir un infarto puede ser la única forma de ayudar a muchas mujeres que por múltiples cuestiones no reciben atención médica adecuada en caso de un  infarto. Los factores de riesgo de infarto más frecuentes en las mujeres son la falta de ejercicio, el sobrepeso y la obesidad (circunferencia de cintura mayor a 80 centímetros), hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, síndrome de ovarios poliquísticos, menopausia principalmente si ésta es prematura y la historia familiar de infartos en mujeres, sobretodo menores de 55 años de edad.

Para todas las mujeres que tendrán más de 50 años de edad en la década que viene, no hay mayor punto de importancia que la prevención de las enfermedades cardiovasculares. Todas las evidencias marcan que la cardiopatía isquémica es en gran parte prevenible. Los cambios en el estilo de vida reducen la incidencia de cardiopatía coronaria y sus complicaciones. El 82% de los eventos coronarios pudieron atribuirse a la falta de adherencia a un estilo de vida saludable.

Las manifestaciones de un infarto en las mujeres suelen ser diferentes que en los hombres, ya que además del dolor tipo opresivo intenso en el pecho que suele acompañarse de sudoración fría y malestar general, es más frecuente observar molestias vagas en el pecho, sensación de falta de aire, náuseas, dolor en “la boca del estómago”, fatiga en los últimos meses o malestar general acompañado de malestar estomacal.

Las mujeres son muy importantes para el desarrollo de una sociedad productiva y saludable. De ellas depende generalmente la educación de la familia para llevar una vida saludable, el estímulo para realizar ejercicio y la preparación de una alimentación sana, pero es indispensable comenzar con una misma y seguir los consejos para evitar la principal causa de muerte en México y en el mundo, la enfermedad coronaria. Es por eso que el lema de este año del día mundial del corazón: “un mundo, un hogar, un corazón”,  tiene un significado especial. Cuidemos los corazones de las mujeres así como los de toda la familia, la sociedad y el mundo.

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