Fuente: El Universal

Después de un infarto miocardio, la parte que fue afectada por éste cicatriza y deja de latir, trayendo grandes secuelas para el futuro de la persona y afectándolo a largo plazo, haciendo que su corazón ya no funcione bien.

Pero esto no pasa en todas las especies, hay algunas que tienen distintos funcionamiento, el pez cebra es uno de los casos. El Centro Nacional de Investigaciones descubrió que este tipo de pez no tiene el problema de dejar el corazón afectado después de un infarto, ya que tiene la capacidad de recuperarse después gracias a la enzima Telomerasa.

Después de un infarto las células del corazón se reproducen inmediatamente para remplazar la parte dañada del corazón, esto lo logran dividiéndose, pero cada vez que la célula se divide se va dañando, hasta dejar de funcionar pero, en el caso del pez cebra la enzima Telomerasa hace que se restablezca la longitud correcta de cromosomas, y que no se desgaste la célula.

Con esto, la célula se puede reproducir correctamente, remplazar la parte afectada y dejar al corazón en buen estado. Este descubrimiento es reciente por lo cual aun queda mucha investigación de cómo se puede aplicar esto al ser humano.