Dra. Alexandra Arias Mendoza

El tratamiento de reperfusión (con angioplastía o fibrinolisis) disminuye la morbi-mortalidad asociada al infarto del miocardio, sin embargo, en México la tasa de reperfusión se encuentra entre 43 y 47% según lo reportado en el estudio RENASICA II y en la experiencia de la Unidad Coronaria del Instituto Nacional de Cardiología. De acuerdo a estos datos, uno de cada dos pacientes con infarto agudo de miocardio no recibe ningún tipo de terapia de reperfusión y uno de cada cuatro pacientes fallece. La baja tasa de reperfusión, los tiempos prolongados hasta el inicio del tratamiento, la falta de un sistema de atención coordinado entre hospitales de primer contacto y centros con capacidad de realizar angioplastia 24/7, así como la carencia de personal capacitado y recursos para la reperfusión farmacológica en el primer nivel de atención, han posicionado a México como el país con mayor mortalidad en infarto del miocardio entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con una tasa de 27.2% en comparación con la media de 7.9%. El Instituto Nacional de Cardiología en conjunto con el Gobierno del Distrito Federal ha desarrollado un programa de tratamiento farmacoinvasivo para garantizar la reperfusión efectiva y oportuna en el infarto agudo, el programa se puso en marcha el 31 de Marzo del 2015. El modelo comprende una red de atención en los tres niveles de salud, e incluye lo siguiente:

  • Un sistema de reperfusión temprana en escenarios de primer contacto (centros de salud comunitarios, hospitales de primer contacto y de segundo nivel).
  • Una red de transporte inter-hospitalario para garantizar la angiografía coronaria precoz tras la fibrinolisis en uno de los centros hospitalarios de tercer nivel afiliados al programa. Se tiene establecida coordinación con CRUM para referencia de pacientes al hospital.
  • Un sistema de telemedicina con transferencia digital de electrocardiogramas entre el primer nivel de atención y el Instituto Nacional de Cardiología, con disponibilidad las 24 horas del día, 7 días a la semana y se instalaron 71 equipos de electrocardiógrafos, de los cuales 65 están en centros de salud y 4 en hospitales de la red.
  • Un programa de capacitación y certificación de hospitales para el tratamiento del infarto agudo del miocardio.

Con todo lo anterior se espera priorizar la capacidad para el diagnóstico temprano y tratamiento eficaz, garantizar la presencia de personal capacitado para realizar el tratamiento de reperfusión en tiempos óptimos en escenarios críticos y coordinar un protocolo para el traslado oportuno (ya sea a ACTPp, si los tiempos mandatorios lo permiten, es decir, tiempo primer contacto dispositivo de 120 minutos o menos y, de no conseguir estos tiempos administrar fibrinolíticos /reperfusión farmacológica, que aplicará para la mayoría de los pacientes porque esa es la realidad de nuestro medio y posteriormente llevarlo a angiografía coronaria – terapia farmacoinvasiva).

Con este programa se pretende garantizar el diagnóstico y la reperfusión temprana para disminuir la morbilidad y mortalidad asociadas al infarto del miocardio.

La atención del paciente con infarto debe ser una prioridad de las políticas de salud pública de nuestro país y debe trabajarse para que todos los estados tengan redes de atención de infarto de miocardio y que los pacientes reciban el tratamiento de reperfusión farmacológica sin retrasarlo en el primer contacto, que entendamos que si no podemos ofrecerle angioplastia primaria en los siguientes 120 minutos después del primer contacto cuando el paciente llega a un hospital sin sala de hemodinámica. El hecho de demorarnos en el traslado incrementa la mortalidad un 7.5% por cada 30 minutos que nos retrasemos y en la mayoría de las veces nos retrasamos tanto en los traslados, que el paciente pierde la oportunidad de recibir el tratamiento de reperfusión farmacológico, el cual cambia la mortalidad en el paciente con infarto de miocardio.

Otro importante punto en el tratamiento del infarto, es educar a la población general que los pacientes con factores de riesgo cardiovascular, cuando tengan dolor precordial, deben realizarse un electrocardiograma para descartar que no estén teniendo in infarto del miocardio.