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La estabilidad emocional tardará de tres meses a un año en regresar, siempre y cuando la mujer reciba apoyo fraterno o profesional.

En estos días las madres recibirán las boletas de calificaciones de sus hijos en el cierre de ciclo escolar. Ellas terminaron con fatiga crónica, ciclo de sueño distorsionado (insomnio), irritabilidad o demasiada sensibilidad. El proceso para recuperarse emocionalmente del estrés vivido durante casi cuatro meses de confinamiento en casa por la pandemia de COVID-19 llevará entre seis meses a un año poder superarlo, advierte en entrevista con El Heraldo de México, la jefa de Promoción y Prevención del Instituto Jalisciense de Salud Mental (SALME), Elodia Villar García.

No hubo descanso de la madre, tuvo que hacer trabajo en casa, las exhaustivas tareas virtuales, las tareas domésticas y el cuidado de los niños; todo esto te deja arrastrando una fatiga crónica, y por supuesto, alteraciones en tu ciclo de sueño. Si tenías una rutina para dormir y eras muy disciplinada, todos estos cambios trastocaron esos hábitos. Todo trae un agotamiento“.

Las madres enfrentaron altos niveles de estrés desde diferentes frentes, aún las más resilientes y estables padecen hoy las consecuencias emocionales, sostiene la especialista.

“Se nos obligó a funcionar de manera anormal en una situación anormal, la fatiga está presente. Todo lo que tuvo que hacer la ama de casa, la madre con hijos en edad escolar fue lidiar con toda su angustia, preocupación, estrés, miedo, depresión, ansiedad y adaptarse”.

Si la situación de la madre ya era vulnerable, estas exigencias mayores la obligaron a hacerse fuerte, sin que sus técnicas de afrontamiento fueran efectivas o funcionales. Tuvo que echar mano de su resiliencia o buscar habilidades para aprender a serlo. Aún en las familias tradicionales (padre y madre), fue la mujer quien asumió la mayor responsabilidad en las tareas domésticas, de cuidado infantil y clases virtuales.

De cada 10 mujeres, entre 8 o 9 tuvieron que cargar con todo y considerando una situación familiar donde no hay estresores extra, es decir, donde tenemos una estabilidad laboral y no me tengo que preocupar por los ingresos económicos, no me tengo que preocupar si me van a descansar y no me van a pagar. O si mi pareja y yo tenemos una relación estable y armoniosa, sin abuso o violencia.

La estabilidad emocional podría tardar hasta un año en regresar siempre y cuando la mujer reciba apoyo fraterno o profesional. En la nueva normalidad las amigas verdaderas serán fundamentales.

“Un tratamiento antidepresivo dura entre seis meses a un año para que te estabilices y te den de alta. Aquí tenemos que apostar, es como la analogía del duelo, de acuerdo a la personalidad y herramientas que tenga el individuo iría de tres, seis meses o un año sin llegar a ser patológico para recuperarnos y volver a adaptarnos a rutinas y costumbres. Echando mano de todas las herramientas de resiliencia, el café con las amigas, van a ser elementos que nos ayudarán a salir más pronto de la situación”.

Según la Organización Mundial de la Salud los profesionales que tendrán mayor actividad durante la nueva normalidad son los psicólogos y los nutriólogos, por todos los cambios de hábitos que enfrentaron las personas durante la emergencia sanitaria por el Coronavirus. Sin olvidar que el renglón que seguirá complicándose será el económico.

POR ADRIANA LUNA
Fuente: heraldodemexico.com.mx