La tasa de tabaquismo entre los adultos estadounidenses con enfermedades mentales es 70 por ciento más elevada que entre los que no tienen ese tipo de problemas, informaron las autoridades de salud de EE. UU.
De acuerdo con el sitio Medline Plus, en total, un 36 por ciento de los adultos diagnosticados con un problema de salud mental fuman, en comparación con el 21 por ciento de la población general, según el informe de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU. y la Administración de Salud Mental y Abusos de Sustancias (SAMHSA).
Entre los adultos con enfermedad mental, las tasas de consumo de cigarrillos son particularmente altas entre los adultos más jóvenes y las personas que viven en la pobreza o que cuentan con unos niveles educativos más bajos, señalaron los CDC.
Se debe hacer más por ayudar a esta población a liberarse del tabaco, enfatizó el Dr. Thomas Frieden, director de los CDC.
“Los adultos con enfermedad mental, al igual que otros fumadores, desean abandonar el hábito, pero no pueden”, comentó en un comunicado de prensa de la agencia. “Los tratamientos para dejar de fumar funcionan, y es importante que estén disponibles para todas las personas que quieran dejar de hacerlo”.
Las tasas de tabaquismo entre los adultos con enfermedad mental varía ampliamente entre los estados, de alrededor de 18 por ciento en Utah a casi la mitad (el 48.7 por ciento) de los encuestados en Virginia Occidental.
En promedio, los adultos con enfermedad mental también fuman más cigarrillos al mes que los fumadores sin enfermedad mental (331 frente a 310 cigarrillos), y los fumadores con enfermedad mental son menos propensos a abandonar el hábito.
El informe se basa en un análisis de la Encuesta nacional sobre el uso de drogas y la salud de 2009 a 2011 de la SAMHSA. En el informe, la enfermedad mental se definió como sufrir de un trastorno mental, conductual o emocional diagnosticable, excluyendo los trastornos del desarrollo y los de uso de sustancias, en el año anterior.
“Se necesitan esfuerzos especiales para aumentar la concienciación de la carga de tabaquismo entre las personas con enfermedad mental y para monitorizar el progreso al abordar esta disparidad”, afirmó en el comunicado de prensa la directora de la SAMHSA, Pamela Hyde.
Para abordar este problema, la SAMHSA se asoció con el Centro de Liderazgo para la Cesación del Tabaquismo con la finalidad de desarrollar formas en que los centros y organizaciones de salud mental pueden ayudar a los pacientes a dejar de fumar. Los CDC también participan en esfuerzos para ayudar a las personas con enfermedad mental a dejar de fumar.
Fumar es la principal causa de muertes y enfermedades prevenibles en Estados Unidos, y provoca un estimado de 443,000 muertes al año en el país.