En Gananci somos partícipes de que “Si no te gusta algo, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia tu actitud” y sin duda alguna, todos buscamos mejorar nuestra productividad laboral en temas de concentración, eficacia y manejo del tiempo.

Siempre queremos ser más proactivos y buscar un equilibrio entre nuestra salud mental, nuestro estado de ánimo y los logros de objetivos trazados. Sin embargo, muchos olvidamos la importancia de nuestro cuerpo, el cual es uno de los más afectados.

Este tipo de afecciones se ven sobre todo en el caso de las personas que pasan horas sentadas en escritorios manejando ordenadores que muchas veces no cumplen con las condiciones necesarias para ser ergonómicas para nuestro cuerpo y terminan dejando lesiones, en parte por la estructura de estos, pero también por la falta de conciencia que hacemos de nuestro cuerpo.

Realmente se trata también de un inconsciente colectivo occidental moderno en donde predomina el trabajo por encima de lo demás, y cuando ya nos damos cuenta, es tarde y no tenemos salud para continuar con nuestros cometidos, contrario a la visión oriental que nos ha dejado el yoga y que a pesar de ser una práctica, o más bien, un estilo de vida, relativamente nuevo para occidente, posee una larga tradición en oriente.

En occidente también se han hecho últimamente bastante importantes los descansos entre las jornadas laborales, e incluso hay aplicaciones tanto móviles como de escritorio que te avisan cuando debes parar y te indican a menudo una serie de estiramientos que puedes hacer para que tu cuerpo recupere su forma y ejercicios de respiración; sin embargo, es común que los empleados se los salten o no los hagan adecuadamente.

Las pausas activas contemplan usualmente ejercicios cortos con respiraciones, estiramientos y en algunos casos masajes, descanso ocular y ejercicios cardiovasculares. Hoy traigo una alternativa de algunas posturas de yoga que, combinadas, pueden cumplir todas las funciones en un solo tramo.

El yoga es muy completo y trabaja la concentración, respiración y estiramientos, y si en algunos casos se combinan varias posiciones exigentes con cambios rápidos entre ellas, también hay un poco de ejercicio cardiovascular.

Es importante que sepas que hay personas que por ciertos problemas de salud como fracturas o que requieren reposo, no pueden hacer todas las posturas, pero la ventaja del yoga es que posee diferentes variantes.

Estas variantes en el yoga se adaptan precisamente a cada cuerpo, puesto que la flexibilidad es algo que se trabaja constantemente y lo que busca no es forzar la musculatura a posiciones, sino dejar que el cuerpo fluya con naturalidad por lo que cualquier persona puede llegar a hacerlas hasta el punto en el que se sienta cómoda.

Sabemos lo difícil que es mantenerte motivado en el trabajo y lo estresante que puede ser, por eso te traemos estas posturas de yoga para hacer en las pausas activas.

  1. En tu silla, siéntate en la orilla, pon los pies paralelos a tus brazos y  tus manos sobre las rodillas, cierra los ojos,  relaja lentamente los hombros, la  espalda recta, mientras vas tomando conciencia de cada uno de los músculos, inhala lentamente por la nariz, mantén la respiración por algunos segundos, luego exhala, repite este paso 3 veces.
  2. Levántate de la silla y pon los brazos paralelos a tu tronco, relaja los hombros y cierra los ojos, realiza la misma respiración lenta y profunda.
  3. Lentamente exhala con los brazos abajo, paralelos a tu cuerpo, y luego levántalos rectos mientras inhalas, hasta unir las palmas de tus manos sobre la cabeza, luego exhala lentamente mientras bajas las palmas unidas y haces un saludo hasta llegar con las manos a tu pecho, luego sepáralas y repite el proceso 3 veces.
  4. Realiza una última repetición de la postura anterior y luego de llevar las manos al pecho, sepáralas lentamente y exhalas mientras tocas con tus dedos la punta de tus pies. Si no llegas puedes doblar las rodillas o simplemente estirarte hasta donde llegues, luego sube lentamente con los brazos extendidos e inhala, repite este proceso 3 veces.
  5. Ponte de pie y lleva tu brazo izquierdo a tu espalda baja apuntando hacia la derecha mientras giras tu cuello hacia la izquierda, respira mientras te mueves y de esta manera oxigenaras los músculos. Repite el proceso tres veces y luego hazlo con el brazo derecho y el cuello girando a la izquierda.
  6. De pie y con los brazos  paralelos a tu tronco, vuelves a la postura de la montaña, realizando inhalaciones y expiraciones largas, repítelo hasta que te sientas cómodo y abre los ojos.

Debes repetir esta rutina cada vez que sientas tensión, estrés o ansiedad. Recuerda que para tener éxito en la vida debes ser constante. ¡No te dejes vencer por la pereza!