Desde tiempos remotos nos hemos preguntado qué significa ser feliz, todos queremos ser más felices y sentirnos más satisfechos. La felicidad, se dice, no tiene fórmulas, pero curiosamente sí tiene ciertas constantes. Elementos en apariencia tan sencillos como estar rodeado de personas a quienes queremos y nos quieren, mantenernos activos en nuestra vida, hacer un esfuerzo por comprender el misterio de la existencia y algunas cosas más.

La felicidad se integra en nuestra cultura y valores y en el ADN de cada persona que trabaja en el equipo. Si se tiene una sonrisa o una perspectiva positiva, haremos todo lo posible para encontrarla.

De acuerdo con Jeff Haden del sitio inc.com nos dice siete hábitos que pueden dar la felicidad en su vida de quien los practique.

1. Aprende algo nuevo, incluso si es estresante: dominar una nueva habilidad significa más estrés ahora, pero más felicidad después.

Si está dispuesto a soportar un poco de estrés adicional en el corto plazo, puede experimentar enormes ganancias en la felicidad a largo plazo.

Así que aprende una nueva habilidad. A pesar de que sufrirá un poco más de estrés, las investigaciones demuestran que estará más feliz por hora, día y largo plazo.

Las ganancias de esta inversión en tiempo y energía se documentaron en un estudio de 2009 publicado en el Journal of Happiness Studies. Los participantes que dedicaron tiempo a actividades que aumentaron su competencia, que respondieron a su necesidad de autonomía o que les ayudaron a conectarse con otros, informaron una disminución de la felicidad en el momento pero aumentaron la felicidad cada hora y cada día.

La clave, según el estudio, es elegir la nueva habilidad adecuada para dominar, desafiar para emprender, o la oportunidad de salir de su zona de confort. Los mayores incrementos en la felicidad provienen de aprender una habilidad que elijas, en lugar de una que crees que deberías o te sientes obligado a aprender.

2. Haz amigos con las personas que viven cerca de ti: el lugar ideal es un amigo feliz que vive a una milla de distancia.

La ciudad de Framingham, Massachusetts, fue el foco de un estudio multigeneracional sobre la felicidad conocido como el Estudio del corazón de Framingham.

A partir de 1948, el estudio ha rastreado a tres generaciones de residentes de Framingham y sus descendientes para descubrir tendencias en la forma en que la felicidad se mueve entre la población. Algunos de los puntos para llevar:

La felicidad individual cae en cascada a través de grupos de personas, como el contagio.
Cuantas más personas felices agregue a su vida, mayor será el efecto positivo que tendrá sobre usted. (Esto no es verdad de la tristeza.)

Los amigos cercanos geográficamente (y los vecinos) tienen el mayor efecto en la felicidad.

Luego, los investigadores analizaron el efecto de felicidad sobre la base de la relación de un participante con los demás y su proximidad entre sí.

¿Qué encontraron? Aquí está el ranking, desde el mayor impacto en la felicidad hasta el menos:

Amigos mutuos cercanos (que literalmente se ubicaron fuera de las listas; la probabilidad de aumentar la felicidad es del 148 por ciento)
El vecino de al lado
Amigo cercano (una persona a quien el participante nombró como amigo pero el “amigo” no correspondió a esa etiqueta)
Un amigo cercano percibido por un amigo (una persona a quien el participante no nombró como amigo pero que afirmó ser un amigo del participante)
Hermano cercano
Cónyuge co-residente
Hermano distante
Cónyuge no residente
Vecino del mismo bloque
Amigo lejano
Según el estudio, la proximidad de los amigos mutuos cercanos incluía a los que vivían a una milla del participante. Otros cayeron en la categoría de “amigo distante”.

Lo principal: los amigos distantes están bien, pero cuanto más cerca estén tus amigos del lugar donde vives, mejor.

3. Abrazar sentimientos opuestos al mismo tiempo: Alegre + Abatido = Feliz

“Reconocer la complejidad de la vida puede ser un camino especialmente fructífero hacia el bienestar psicológico”, según el psicólogo Jonathan Adler, de la Facultad de Ingeniería Franklin W. Olin. Siente que la felicidad puede venir al notar y abrazar un amplio espectro de emociones, tanto buenas como malas.

Adler y su colega Hal Hershfield realizaron un estudio sobre la llamada experiencia emocional mixta y cómo se relaciona con el bienestar psicológico positivo. Supervisaron a los participantes que asistieron a 12 sesiones de terapia semanales y llenaron cuestionarios antes de cada sesión.

Los resultados: sentirse alegre y abatido al mismo tiempo fue un precursor de la mejora del bienestar en las siguientes sesiones.

Por ejemplo, alguien podría decir: “Me siento triste por las pérdidas recientes en mi vida, pero también me siento feliz y animado a trabajar para lograr un resultado positivo”. Según Adler, “Tomar lo bueno y lo malo juntos puede desintoxicar las malas experiencias, permitiéndote darles un significado de una manera que apoye el bienestar psicológico”.

Hershfield continuó con otro estudio sobre emociones mixtas y salud. Después de estudiar a los participantes durante un período de 10 años, él y su equipo encontraron una correlación directa entre aceptar la mezcla de emociones (como “tomar lo bueno y lo malo”) y la buena salud física.

¿Todavía no está convencido? Un estudio realizado en 2012 por la psicóloga Shannon Sauer-Zavala de la Universidad de Boston encontró que la atención plena ayudó a los participantes a superar los trastornos de ansiedad mediante la aceptación de su amplia gama de sentimientos y luego a trabajar para mejorar.

Así que no ignores los sentimientos negativos. Abrácelos y luego trabaje activamente para superar cualquier problema que enfrente.

4. Invierta en un buen asesoramiento: la terapia es 32 veces más efectiva que el dinero.

¿El dinero puede comprar la felicidad?

No según la investigación del psicólogo Chris Boyce, y no tan bien como una sesión de asesoramiento programada regularmente.

Boyce y sus colegas compararon los conjuntos de datos de miles de informes sobre bienestar y observaron cómo cambió el bienestar debido a una terapia o aumentos repentinos en los ingresos, como recibir un aumento salarial o ganar la lotería.

Básicamente, ¿obtenemos más felicidad por nuestro dinero al pagar la terapia o al recibir dinero en efectivo en la mano?

Los resultados fueron increíblemente desequilibrados:

La terapia fue 32 veces más efectiva que el efectivo.
El valor de $ 1,300 en terapia igualó el beneficio de obtener un aumento de $ 40,000.
El estudio sin duda resalta el valor de la asesoría, y también muestra el beneficio general de las experiencias intangibles, las relaciones y la comunicación sobre las posesiones, las cosas y el dinero.

Si estás buscando la felicidad, nunca tengas miedo de preguntarte si estás buscando en los lugares correctos.

5. Di “no” a casi todo. Mejor aún, di “yo no”.

Según Warren Buffett, “la diferencia entre personas exitosas y personas muy exitosas es que las personas muy exitosas dicen no a casi todo”.

El exceso de trabajo y la sobrecarga es una receta para la infelicidad. Entonces, si quieres ser feliz, obtén algunas ganancias rápidas diciendo que no.

Pero diga no de la manera correcta: diga “No lo hago”. Lo creas o no, usar la frase “No lo hago” es hasta ocho veces más efectivo que decir “No puedo”. Es más que doblemente efectivo contra un simple no.

El Journal of Consumer Research realizó una serie de estudios sobre esta diferencia en terminología. Uno de los estudios dividió a los participantes en tres grupos:

Al Grupo 1 se le dijo que cada vez que se sintieran tentados a perder sus metas, deberían “simplemente decir que no”. Este grupo era el grupo de control, porque no se les dio una estrategia específica.
Al Grupo 2 se le dijo que cada vez que se sintieran tentados a perder sus metas, deberían implementar la estrategia “no se puede”. Por ejemplo, “No puedo perder mi entrenamiento de hoy”.
Al Grupo 3 se le dijo que cada vez que se sintieran tentados a perder sus metas, deberían implementar la estrategia de “no hacer”. Por ejemplo, “No me pierdo los entrenamientos”.
Y los resultados:

El grupo 1 (el grupo “solo di no”) tenía tres de cada 10 miembros que cumplían con sus metas durante los 10 días completos.
El grupo 2 (el grupo “no puede”) tenía uno de cada 10 miembros que mantenía su meta durante los 10 días completos.
El grupo 3 (el grupo “no”) tuvo un increíble número de ocho de cada 10 miembros que mantuvieron sus metas durante los 10 días completos.
Los resultados de este estudio crean un gran plan sobre cómo decir no.

6. Prepárese para lo peor; Espere lo mejor: tome el enfoque samurai de la felicidad.

Los guerreros samurai tenían dos elementos esenciales para rendir al máximo: entrenaban muy duro y se preparaban para lo peor.

El último elemento, llamado “visualización negativa”, tiene sus raíces en el estoicismo. Oliver Burkeman escribió un libro sobre la felicidad contraintuitiva, incluyendo secciones sobre esta idea del pensamiento estoico.

En una entrevista con el escritor Eric Barker, Burkeman explicó:

Es lo que los estoicos llaman “la premeditación”: que en realidad se puede ganar mucha tranquilidad pensando cuidadosamente y en detalle y conscientemente acerca de lo mal que pueden ir las cosas. En la mayoría de las situaciones, vas a descubrir que tu ansiedad o tus temores sobre esas situaciones fueron exagerados.

Otro beneficio de la visualización es que se siente más en control cuando tiene un plan para varios resultados. Los Navy SEALs se someten a entrenamiento psicológico para que se sientan en control en todo momento. Y de acuerdo con la neurociencia, el cerebro puede seguir funcionando normalmente mientras mantengamos la ilusión de control (a través del entrenamiento y la visualización).

7. Renuncia a tus cosas favoritas: solo por un día o dos, no para siempre.

He aquí una joya de idea de Eric Barker, autor del blog Barking Up the Wrong Tree: “Negarse a ti mismo hace que aprecies las cosas que das por sentado”.

Los elementos científicos en juego son el autocontrol y la fuerza de voluntad. Los investigadores que realizaron una visión general de 83 estudios sobre el autocontrol concluyeron que la fuerza de la voluntad se desvanece a medida que avanza el día, pero puedes entrenarla como lo harías con un músculo.

En resumen: ejercer el autocontrol conduce a más autocontrol a lo largo del tiempo.

El profesor de Harvard Michael Norton tiene una gran manera de pensar acerca de esto:

La idea es que las cosas que realmente te gustan mucho, se detienen. Para. Entonces, si amas, todos los días, tomando el mismo café, no lo tomes por unos días y, cuando esperas, y luego lo vuelves a tomar, va a ser mucho más asombroso que todos los que Habría tenido mientras tanto.

El problema con eso es que, en un día cualquiera, es mejor tomar un café que no, pero si espera tres días y no lo tiene, será mucho mejor una vez que finalmente lo haga.

Interrumpir nuestro consumo es gratuito. En realidad, le ahorra dinero y le da más felicidad con el dinero gastado. Es como el mejor de todos los mundos, pero no podemos hacerlo, porque siempre queremos verlo o comerlo ahora mismo. No es “renunciar para siempre”. Es “abandonarlo por cortos períodos de tiempo, y le prometo que lo va a amar aún más cuando vuelva a hacerlo”.

Piense en el café a diario, Netflix binging, juegos de iPhone, etc. Encuentre más felicidad practicando la paciencia con las cosas que ama.

8. Celebre las fortalezas; reconoce las debilidades: date permiso para ser tú mismo.

Quizás hayas escuchado la vieja máxima “Puedes ser lo que quieras ser“. Tom Rath lo expresa de manera un poco diferente: “Puedes ser mucho más de lo que ya eres. Cuando somos capaces de poner la mayor parte de nuestra energía en desarrollar nuestros talentos naturales, existe un espacio extraordinario para el crecimiento”.

El psicólogo Paul Pearsall llama a esto “openture” (su frase acuñada para el opuesto de “cierre”). Pearsall dice que debemos abrazar las imperfecciones y celebrar las fortalezas.

La investigación también muestra que meternos en lugares donde no encajamos puede llevar a resultados indeseables. Como ejemplo extremo, un estudio de Joanne Wood de la Universidad de Waterloo les pidió a las personas con baja autoestima que se dijeran a sí mismas “soy una persona adorable” y, al final del ejercicio, los participantes se sintieron reafirmados en su baja autoestima en lugar de poder cambiar.

Si la felicidad parece difícil de alcanzar porque sientes la necesidad de ser alguien que no eres, entonces consiéntete con Rath. Celebre en qué es bueno y aprecie que todos aportemos características únicas a la mesa.