Para todo el que sigue pensando que beber no contribuye al cáncer, un nuevo informe halla que el alcohol tiene la culpa de una de cada 30 muertes por cáncer cada año en Estados Unidos.
La conexión es incluso más pronunciada con el cáncer de mama, donde el 15 por ciento de esas muertes se relacionan con el consumo de alcohol, añadieron los investigadores.
Y no crea que beber moderadamente ayuda, dado que el 30 por ciento de todas las muertes por cáncer relacionadas con el alcohol se vinculan con un consumo de 1.5 o menos bebidas al día, halló el informe.
El alcohol es un agente cancerígeno “a la vista de todos”, pero las personas simplemente no lo ven, señaló el autor del estudio, el Dr. David Nelson, director del Programa de Becas para la Prevención del Cáncer del Instituto Nacional de Salud de EE. UU.
“Como se anticipaba, las personas que usaban más alcohol tenían un mayor riesgo, pero en realidad no hubo un nivel seguro de consumo de alcohol”, enfatizó.
Beber moderadamente se ha asociado con beneficios cardiacos, anotó Nelson. “Pero en el contexto más amplio de todos los problemas con que se relaciona el alcohol, el alcohol causa diez veces más muertes de las que previene”, planteó.
Lo mejor que pueden hacer las personas que creen que están en riesgo de cáncer es reducir su consumo de alcohol, aconsejó Nelson. “Desde la perspectiva de la prevención del cáncer, mientras menos beba, menor será su riesgo de un cáncer relacionado con el alcohol, y obviamente, si uno no bebe en lo absoluto entonces tiene el riesgo más bajo”, señaló.
Junto con el cáncer de mama en las mujeres, los cánceres de la boca, de la garganta y del esófago también fueron causas comunes de muertes por cáncer relacionadas con el alcohol en los hombres, explicando unas 6,000 muertes cada año.
Cada muerte por cáncer relacionada con el alcohol conllevó una pérdida de vida potencial promedio de 18 años, añadieron los investigadores.
Estudios anteriores han mostrado que beber es un factor de riesgo para los cánceres de la boca, de la garganta, del esófago, del hígado, del colon, del recto y, en las mujeres, de mama, anotaron los investigadores.
Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer (American Cancer Society), no está del todo claro cómo el alcohol podría aumentar el riesgo de cáncer. El alcohol podría actuar como un irritante químico sobre las células sensibles, impidiendo la reparación del ADN, o dañando a las células de otras formas. También podría actuar como un “solvente” de otros carcinógenos, como los que se hallan en el humo del tabaco, ayudando a esas sustancias a entrar a las células con mayor facilidad. O el alcohol podría afectar los niveles de hormonas claves como el estrógeno, aumentando las probabilidades de cáncer de mama.
Una experta dice que los hallazgos del estudio son coherentes con lo que se ha mostrado antes.
“Nadie recomienda que si no bebe comience a beber por ningún motivo”, señaló Susan Gapstur, vicepresidenta de epidemiología de la sociedad del cáncer. “Si bebe, limite el consumo”.
Gapstur afirmó que fumar es un factor mucho más potente que el alcohol en las muertes por cáncer. Aunque cada año se pueden atribuir unas 20,000 muertes por cáncer al alcohol, más de 100,000 muertes por cáncer son provocadas por fumar, advirtió.
Para hallar un equilibrio entre el riesgo de cáncer que el alcohol conlleva y su posible beneficio para la prevención de la enfermedad cardiaca, Gapstur sugirió hablar con el médico sobre los riesgos y beneficios de beber.