La estimulación en los menores es fundamental para su desarrollo, ya que, de esta manera, contribuirás a que en un futuro tenga una capacidad de aprendizaje mayor, que sea más sociable y seguro de sí mismo, entre otros beneficios.

El contacto físico es muy importante. Acaricia su cuerpo de forma suave, ya que esta actividad debe estar enfocada a un vínculo emocional.

Cántale y platica con él. Repitiéndole palabras como mamá o papá, es como aprenderá a hablar. La repetición sistémica y secuencial de este tipo de estímulos, reforzará las áreas neuronales de tu bebé.

Los móviles de colores pueden ser muy efectivos para atraer su atención, ya que los estímulos visuales también son significativos.

El juego es la mejor manera de estimular a un niño, sin embargo, debe haber un equilibrio entre las estimulaciones motrices e intelectuales.

Existen libros para bebés que están hechos de materiales suaves, con distintas texturas, sonidos y colores, esto le ayudará a familiarizarse con su entorno.

Para que no tengan dificultades para socializar desde pequeños, permite que otras personas estén en contacto con él, ya sea jugando, que lo carguen, le hablen, etc.

Dependiendo la edad de tu bebé, puedes encontrar actividades o ejercicios que le ayuden a desarrollar habilidades motrices, intelectuales y emocionales, consulta a tu pediatra para saber cuáles son los más adecuados en cada etapa.

En México, se consumen cerca de 360 millones de pañales desechables por bimestre. Sin embargo, el plástico con el que están hechos estos productos tarda entre 200 y 500 años en descomponerse.