Llegó la época navideña, y con ella la variedad de platillos y bebidas que acompañan  estas fechas. Es importante la moderación en la comida y en la bebida. He aquí algunos consejos para mantener la línea y no subir tanto de peso.

Los excesos siempre resultan perjudiciales, sobre todo si se repiten una y otra vez durante el periodo navideño. Por ello, el autocontrol será nuestro principal aliado.

La elevada ingesta de dulces, de productos con un alto contenido en sal y de bebidas alcohólicas puede hacer que la salud se resienta. La moderación en el consumo y algunos trucos a la hora de preparar y de servir los alimentos mantendrán a raya los riesgos.

Así, sustituir parte de la sal por hierbas aromáticas es uno de los consejos que habitualmente ofrecen los especialistas para reducir la ingesta de ese condimento.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que no se superen los cinco gramos de sal por persona y día. Pero esta cantidad se sobrepasa ampliamente en muchos lugares, lo que contribuye al aumento de la presión arterial y, en consecuencia, al incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Cuando hablamos de alimentación, los excesos siempre son contraproducentes y la Navidad es una época dada a ellos. Salvador Tranche, secretario de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, indica que “los ancianos, las personas con trastornos digestivos y aquellas que padecen enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o hipercolesterolemia deben tener especial cuidado”.

No se trata de evitar este o aquel alimento, sino de comerlos con moderación. “Prohibirle a alguien que en estas fiestas consuma un poco más de lo habitual, decirle que no beba alcohol o que no haga transgresiones dietéticas es imposible”, asegura.

El médico afirma que la mejor opción es “negociar con los pacientes y alcanzar un acuerdo para que se controlen ellos mismos”.

Lo principal es huir de los atracones y moderar el consumo de alcohol, algo especialmente importante en el caso de ciertos colectivos como los diabéticos, los hipertensos o las personas con problemas digestivos.

Estos grupos de riesgo y las personas de edad avanzada son los que con más frecuencia acuden a la consulta del médico en enero, tras haberse excedido durante las celebraciones navideñas, para comprobar cuánto se han pasado comiendo o bebiendo. Esto, para el doctor Tranche es “como hacerse trampas al solitario”.

Pero evitar los remordimientos y las consecuencias de los excesos sobre la salud sólo requiere un poco de autocontrol y algunas estrategias. En este sentido, el doctor Tranche sostiene que hay que procurar no pasar hambre.

Para el especialista, saltarse la comida en previsión de una cena contundente es un error, pues esto incrementa las posibilidades de darse un atracón. Por el contrario, conviene llegar con menos hambre de lo habitual.